- Los genes desempeñan un papel importante en el proceso de envejecimiento natural.
- Determinan cuándo se desacelera el proceso de renovación celular y, por ende, la aparición de las señales del envejecimiento.
- Cerca del 50% del envejecimiento se atribuye a los genes. Los factores ambientales también desempeñan un papel significativo.
- Los factores que aceleran el envejecimiento de la piel son el daño solar, la dieta inadecuada y el hábito de fumar, entre otros.
The Pond’s Institute descubrió que aunque los genes determinan cómo envejecemos naturalmente, no son los únicos responsables. Hasta un 50% del proceso de envejecimiento puede atribuirse al ambiente. Con este conocimiento, nuestros expertos y especialistas en piel han realizado investigación genómica durante años con el fin de comprender el secreto de una piel de aspecto más joven.
El envejecimiento natural de la piel
Las células madre y la productividad disminuída de la "fábrica de juventud"
Las células madre y la juventud: Las células madres son nuestra “fábrica de juventud”. Producen células de piel más jóvenes durante el proceso de renovación celular, hasta cierto punto en nuestra vida, tras el cual empiezan a enlentecerse.
Las células madre de nuestro cuerpo afectan nuestra piel. Cada célula de piel tiene una vida útil definida; al concluir ésta, se convierte en una célula muerta. Si células más jóvenes no reemplazan a las células muertas durante el proceso de renovación celular, la piel se marchita por dentro y pierde su aspecto juvenil por fuera.
Este proceso de renovación está impreso en nuestro ADN y determina nuestra longevidad y nuestro proceso de envejecimiento. En lo relativo a la piel, afecta su aspecto externo y cómo se comporta.
La desaceleración del proceso de renovación celular
A medida que se desacelera el proceso de renovación celular, el daño se acumula dentro de la epidermis y la piel empieza a adelgazarse y a debilitarse, lo que hace que la epidermis se vuelva más propensa a la irritación y la resequedad.
La segunda capa de la piel es la dermis, cuya matriz de soporte está hecha de colágeno y elastina. Con el paso del tiempo, se produce menos colágeno y, en consecuencia, la estructura de la dermis decae.